El autismo es una condición del neurodesarrollo que afecta la manera en que una persona se comunica, interactúa socialmente y percibe el mundo. Aunque tradicionalmente se ha asociado con diagnósticos en la infancia tardía, los avances en la investigación han revelado que las señales de alerta pueden manifestarse mucho antes, incluso en los primeros meses de vida de un bebé. Reconocer estos signos tempranos es fundamental para que padres y profesionales de la salud puedan buscar una evaluación oportuna. En las siguientes secciones, exploraremos las señales de alerta más comunes de autismo en bebés, y lo que puedes hacer si tienes preocupaciones. El objetivo no es alarmar, sino empoderar a las familias con la información necesaria para actuar a tiempo, ya que una intervención temprana puede marcar una diferencia significativa en el desarrollo y la calidad de vida de un niño en el espectro autista.

Señales de alerta de autismo en bebés
Existen señales de alerta temprana de autismo en bebés, que pueden notarse en bebés y niños pequeños, a veces incluso antes de los 18 meses. Reconocer estas señales es crucial para buscar una evaluación temprana y, si se confirma un diagnóstico, iniciar la intervención lo antes posible.
Señales a tener en cuenta en el desarrollo social y de comunicación
Estas son las áreas donde los primeros signos del autismo suelen ser más evidentes de autismo en bebés. Ten en cuenta que es un conjunto de comportamientos; la ausencia de un solo comportamiento no necesariamente indica autismo:
- Falta de contacto visual: El bebé evita mirar a los ojos de los padres o cuidadores.
- Ausencia de sonrisa social: No sonríe cuando se le sonríe de vuelta, especialmente a partir de los 6 meses.
- No responde a su nombre: A partir de los 9 meses, el niño puede no voltear la cabeza o responder cuando se le llama por su nombre.
- Poca o ninguna interacción: No se interesa por los juegos interactivos como el «cucú-tras» o «dame y toma», o no imita gestos simples como decir adiós con la mano.
- No balbucea: A partir de los 12 meses, puede no balbucear o emitir sonidos de forma social, como si estuviera «conversando».
- Uso de la mano del adulto como herramienta: En lugar de señalar lo que quiere, puede tomar la mano del adulto y llevarla hacia el objeto deseado.
- Interés limitado en otros niños: No parece interesarse por los niños de su edad ni busca interactuar con ellos.
Señales relacionadas con comportamientos repetitivos e intereses
Aunque estas señales suelen ser más notorias en niños mayores, algunas pueden empezar a manifestarse en la primera infancia.
- Movimientos repetitivos: Como aleteo de manos, balanceo del cuerpo o caminar de puntillas.
- Fijación con objetos: Se obsesiona con alinear juguetes o con partes de ellos, como las ruedas de un coche de juguete, en lugar de jugar de forma convencional.
- Resistencia a los cambios: Se molesta mucho ante pequeños cambios en la rutina diaria o en su entorno.
- Hipersensibilidad sensorial: Reacciona de forma exagerada a ciertos ruidos, texturas, olores o luces.
¿Qué hacer si tienes preocupaciones?
Si notas varias de estas señales, lo más importante es hablar con el pediatra de tu hijo. El pediatra puede realizar una primera evaluación y, si lo considera necesario, derivarte a un especialista en desarrollo infantil. Un diagnóstico temprano permite un acceso oportuno a terapias e intervenciones que pueden mejorar significativamente el desarrollo y la calidad de vida del niño. También te recomendamos leer “10 características del autismo: Aprende a identificarlo”.

¿Qué hacer si identificas estas señales de autismo en bebés?
Descubrir estas señales de alerta de autismo en bebés puede generar muchas preguntas e incertidumbre. Lo más importante es saber que no estás solo y que hay pasos concretos que puedes tomar para ayudar a tu hijo a tener la mejor calidad de vida posible.
1. Confirma el diagnóstico con un especialista
El primer y más crucial paso es buscar una evaluación profesional. Un diagnóstico oficial de un neurólogo, psicólogo o psiquiatra infantil te dará la claridad necesaria para acceder a los servicios y apoyos adecuados.
- Habla con tu pediatra: Tu pediatra puede ser el primer punto de contacto para expresar tus preocupaciones. Ellos pueden derivarte a especialistas en desarrollo infantil.
- Busca un equipo de expertos: La evaluación ideal suele ser realizada por un equipo multidisciplinario que incluye neurólogos, logopedas (terapeutas del habla) y terapeutas ocupacionales.
2. Comienza la intervención temprana
La intervención temprana es una de las herramientas más poderosas y efectivas para ayudar a los niños en el espectro autista. Se ha demostrado que comenzar las terapias a una edad muy temprana mejora significativamente el desarrollo social, de comunicación y de comportamiento del niño.
- Terapia ABA (Análisis de Comportamiento Aplicado): Es una de las terapias más reconocidas para el autismo. Se enfoca en enseñar habilidades sociales, de comunicación y académicas mediante un enfoque estructurado y positivo.
- Terapia del habla y lenguaje: Un terapeuta del habla puede ayudar a tu bebé a desarrollar habilidades de comunicación, como usar gestos, sonidos o palabras, y a entender el lenguaje de los demás.
- Terapia ocupacional: Esta terapia ayuda a los niños a mejorar las habilidades motoras y a manejar sus sensibilidades sensoriales (reacciones a ruidos, texturas, etc.), lo que puede mejorar su capacidad para participar en actividades diarias.
3. Empodérate con información y busca apoyo
- Aprende todo lo que puedas: Informarte sobre el autismo te ayudará a entender mejor las necesidades de tu hijo y a ser un defensor más eficaz para él. Busca fuentes confiables de información, como organizaciones especializadas en autismo.
- Conéctate con otros padres: Las redes de apoyo con otras familias que atraviesan una situación similar pueden ofrecer un gran consuelo y consejos prácticos.
- Prioriza el bienestar de tu familia: Cuidar a un niño con autismo puede ser desafiante. Es fundamental que tú y tu pareja también busquen apoyo emocional y se tomen tiempo para cuidar de sí mismos.
Recuerda, un diagnóstico no define a tu hijo. Es el primer paso en un camino para entender sus necesidades y proporcionarle las herramientas para que pueda alcanzar su máximo potencial. Con apoyo, amor y las terapias adecuadas, tu bebé puede desarrollarse y prosperar.

Conclusión
Cuando te enfrentas a un posible diagnóstico de autismo en bebés, el primer paso es procesar la noticia con empatía hacia ti mismo y hacia tu bebé. Este no es el final de un camino, sino el comienzo de uno nuevo, lleno de oportunidades para crecer y conectar de una manera única. Es fundamental recordar que un diagnóstico no cambia quién es tu hijo; simplemente te da las herramientas para entenderlo y apoyarlo mejor en su viaje.
El verdadero trabajo comienza con el apoyo incondicional. El autismo puede presentar desafíos, pero también revela una perspectiva única del mundo. La intervención temprana, las terapias y la educación son vitales, pero lo más importante es el amor y la aceptación. Crea un entorno que celebre las fortalezas de tu hijo, que le dé seguridad y que le permita explorar el mundo a su propio ritmo. Si es el caso, en Mente Sana psicología podemos ayudarte, agenda tu cita gratuita ahora mismo y emprende el camino para entender a tu bebé.
Referencia
Leslie Gavin (2024), Trastorno del espectro autista.